Me gusta Mortadelo. Quienes me conocen lo saben.
Me gusta mirar, ver, imaginar y compartir el guiño de Ibáñez a la hora de esconder y dar protagonismo a los planos simultáneos, los que ocurren mientras los focos alumbran a presunt(uos)os pre-sonajes centrales.
Me gusta lo de aquí. Siendo aquí un aquí de mosaíco de piezas de arrabal, como de Jujol… Me gusta mas la TIA que la CIA y un superintendente que se llame Vicente y una Secretaria de Dirección sin mente criminal y que se derrita por los bombones como ella, bombona bella.
Me gusta el movimiento de cada cordón de zapato y las nubecillas de polvo que salen de los suelos. KacHis en Loreda, poco les va a vender.
Me gusta la velocidad con la que se cuenta una historia, con colores, con trazos, con patricipiantes y pelvellos , inquilinos de rues de percebe de voyeurismo primiimagenio.
Explicar una historia enganchando desde el principio, anticipando que va a haber una somantita de jumos que se curarán porqué no hay tiempo sino de reir. Hilar con tricotosa de actualidades sobre un modelo de relación previsto y que se repite, que se ENTIENDE y que recoge lo mejor de los trobadores transhumantes del XI….1000 años después.
Me gusta Mortadelo y aplaudo la maestría de Ibáñez, su remar contra destinos infelices de editoriales, su sonrisa y capacidad de observar a la que sospecho pueda deber parte de mis scanneres no-verbales, escenográficos de las situaciones. Un trozazo de mi pequeño yo.
Por tus gafas, tu levita, tus disfraces de empaTIA: OLE Mortadelo.